martes, 11 de octubre de 2016

HISTORIA DEL ADVERBIO



Este blog fue diseñado con el objetivo de explicar acerca del adverbio y el adjetivo y su evolucion.  Aquí conocerás acerca de la historia y las transformaciones que han ocurrido desde el latín al catellano. Encontrarás  los tipos de adverbios y los cambios que han sufrido hasta el español.
Introducción
El adverbio es una categoría oracional muy heterogénea, con función de término adyacente del sintagma verbal.

Se caracteriza porque su presencia o ausencia no modifica esencialmente la estructura del nexus oracional, aunque algunos adverbios cambien sí el aspecto psicolingüístico y la modalidad de las oraciones. Los tipos de adverbios son de lugar, modo, tiempo, afirmación y negación y de comparación. La evolución se vera desde el latín hasta el castellano que ahora utilizamos.
Conoceremos  parte de la evolución del adjetivoy la gradación del adjetivo, comparativo y superlativo.

El adverbio
“El adverbio es una categoría oracional muy heterogénea, con función de término adyacente del sintagma verbal” (ALONSO, 1974 Pág. 23). Es decir que es una categoría perteneciente a la oración, y cuando dice que es muy heterogénea se refiere a que tiene sus elementos de distintas clases. Las unidades que se incluyen en ella son tan complejas, que casi se puede afirmar que es adverbio lo que no es sustantivo, adjetivo ni verbo. 
Según  (ALONSO, 1974 Pág. 23) “El adverbio carece de marcas distintivas”, es decir, tiene forma relativamente invariable de unidad mínima en función de complementar, en principio, como un nexo (nexus). Tal función no es privativa suya, pero sí es la única unidad mínima que puede desempeñarla.


“Se caracteriza porque su presencia o ausencia no modifica esencialmente la estructura del nexus oracional, aunque algunos adverbios cambien sí el aspecto psicolingüístico y la modalidad de las oraciones” (ALONSO, 1974). Por ejemplo: "el accidente fue, suprimiendo el adverbio aquí o así no puede decirse.


“La función de aditamento la desempeñan sin marca morfemática alguna, y en consecuencia sin reacción homosintagmática” (ALONSO, 1974). Es decir que es categoría de forma mínima, funcionalmente que no depende de otra, carente de flexión y, por tanto, no sometida a concordancia.


A lo largo de la historia se ha intentado definir el adverbio dependiendo de sus funciones y significados según (Nebrija, pág. 16) “es una de las diez partes de la oración, la cual añadida al verbo hinche o menguado muda la significación de aquel como diciendo bien lee, mal lee, no lee, bien hinche o mal mengua”. Es decir que asi como el adjetivo determina una cualidad en el nombre asi el adverbio determina al verbo. Este elemento aparece junto al verbo y se va a caracterizar como adjetivo del verbo ya que combina el significado de este.


Según (Salva, 1988, pág. 10) “se llama adverbio porque se junta con cualquier palabra (ad verbum)” es decir con cualquier pate que compone la oración (menos con las conjunciones e interjecciones) para modificar su significado en virtud del que tiene el mismo adverbio.

Por ejemplo:

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Aquí vemos al adverbio junto con un verbo, con otro adverbio y con una preposición.
Según (Nebrija, pág. 19) “de todos los vocablos que tradicionalmente se incluyen dentro de los adverbios, solo una parte modifica al verbo, al adjetivo y a otros adverbios, permiten la gradación y son de origen adjetivo, evolucionando a partir de la neutralización de sus morfemas de género y número”. Es decir que el adverbio es el único que puede modificar varias categorías que conforman la oración.
Los adverbios se clasifican en  varios tipos: de lugar, tiempo, modo, cantidad, comparación, afirmación, negación y duda.
Adverbios de lugar
Según (Bolufer, pág. 149) “en latín se tenían como interrogativos: ubi, ¿dónde? O en ¿dónde?; unde, ¿de dónde?; quo, ¿a dónde?; qua, ¿por dónde? Y quorsum, ¿hacia dónde?”. Como se ve en el latín solo se utilizaba una palabra para indicar el lugar, ya en el español nos valemos de las expresiones adverbiales de, a, por y hacia las que, unidas con el adverbio donde que viene de unde en latín.

“A estos adverbios interrogativos corresponden los demostrativos: aquí (eccum + hic), ahí (ad + hic), allí (ad + illic), aca (eccum + hac), alla (ad + illac), acullá (eccum + illac)” (Bolufer, pág. 150). Quiere decir que los demostrativos dependían de los interrogativos y más bien son preposiciones empleadas sin un nombre que determinan: cerca- circa, lejos laxus, fuera foras, junto iunctum, dentro (de+intro), etc.


Adverbios de tiempo

Son los adverbios que se refieren al tiempo es decir cuando, hoy ayer, etc.
“al interrogativo ¿cuándo? En latín quando” (Bolufer, pág. 150)  a los que corresponden los adverbios hoy hodie, ayer ad + heri, mañana talvez de magis + mane, ahora ad + horan, agora hac + hora, antes ante + s, después de + ex + post, luego loco, y además tarde tarde, temprano temporaneou, desagora, adesoras, doncas denique, después depois, despois después. Estos son algunos adverbios que se encuentran en el latín y que muchos de ellos son utilizados actualmente aunque ya en castellano.

Adverbios de modo

“Al interrogativo como” (Bolufer, pág. 151), estos adverbios siempre van a responder al interrogativo cómo en latín es quomo y commo, de quomodo. Están los siguientes adverbios que pueden ser una repuesta a la interrogativa: bien bene, mal male, ansí, así aeque  + sic; adrede ad + directe, aposta (de apposita supliendo ratione o mente). Según (Bolufer, pág. 151) tenemos algunos adverbios que proceden del acusativo neutro singular del adjetivo como; “duro, recio, quedo, salvo, alto, etc. Y los en mente –mientre, ment, mient, formado con el ablativo del sustantivo mens y un adjetivo en concordancia con él, así mala mente = con mala intención” antiguamente se escribían separados los dos términos y aun en la actualidad cuando ocurre poner juntos dos adverbios solo se le agrega mente al último. Estos adverbios han venido en castellano a sustituir a las verdaderas formas adverbiales que tenía la lengua latina.
El español no hereda ninguno de los dos sufijos que tenía el latín para formar adverbios: ni la terminación -ITER para los adjetivos del tipo FORTIS, ni la terminación -E, con la que el latín formaba adverbios a partir de adjetivos del tipo BONUS o MISER. Únicamente quedan restos fosilizados de algunos adverbios derivados de esta forma, como bien (< BENE) o mal (< MALE), tarde o med. lueñe (< LONGE).
Adverbios de cantidad
“Estos adverbios van a responder a la pregunta ¿cuánto? en latín ¿quantum?” (Bolufer, pág. 151), estos adverbios son: asaz ad + satis anteriormente aves ad + vix, apenas; casi quasi, mucho y muy multum, mas magis, y los adjetivos neutros empleados con este valor: harto, poco, bastante, nada y los correlativos tanto, cuánto.
Perviven los adverbios cuantitativos más (< MAGIS, preferido sobre
PLUS), menos (< MINUS), tan (< TAM / TANT(O)), mucho (< MULTO) y poco
(< PAUCUM). Mucho presentaba delante de un adjetivo las variantes muy (ante consonante) y much (ante vocal).

Adverbios de comparación

Asi como en los adjetivos se emplean también los adverbios de cantidad  tan, mas, menos y muy para expresar en los adverbios el grado comparativo y superlativo, asi decimos más pronto, menos mal, muy acertadamente. Según (Sierra, pág. 130)  El simple empleo del neutro singular del adjetivo era una forma que ya se empleaba en latín (MULTUM ‘mucho’); el castellano conserva restos de este procedimiento, por ejemplo en el adverbio lejos     (< LAXIUS, comparativo de LAXUS), o en expresiones como hablar claro, equivalente a hablar claramente”.  Según (Bolufer, pág. 153)”algunos adverbios toman también la terminación ísimo como prontísimo, lejísimos de lejos”. El adverbio también utilizara elementos del adjetivo.
Adverbios de afirmación y negación

En castellano utilizamos con valor adverbial el adjetivo en singular y en terminación masculina o mejor neutra, siempre que lo empleamos para modificar la significación de un verbo; así, ver, claro y también las expresiones llamadas modos adverbiales como, asabiendas, a hurtillas, a la antigua, de golpe, de pronto, con frecuencia, etc.

Se conservan los adverbios de afirmación sí (< adverbio de modo SIC) y Negación no(n) (< NON). El elemento básico para la negación es no, que en época medieval presenta la variante non; junto a ella, desde muy temprano tenemos también la reducida no, que empieza a imponerse en el siglo XV y se hace general en el XVI (Sierra, pág. 128).
 El adjetivo

El adjetivo es una palabra de origen latino en “adiectīvus“, en donde el prefijo “ad” significa “aproximación“, “iacere” significa “lanzar”, y el sufijo “tivo” indica relación, bien positiva como negativa, pasiva como activa. Así, el término “adjetivo” significa tanto como “lanzar en forma contigua”, “juntar confiriendo relación”. El adjetivo es una particula muy importante que complementa al sustantivo no hay adjetivo sin sustantivo aunque si sustantivo sin adjetivo.

El adjetivo ya que complementa o describe al nombre ha ido modificándose junto a este por ejemplo la flexion causal se reinterpretan las terminaciones como marcas de numero, con idéntica distribución en alomorfos s y es según Azofra. Entonces se puede afirmar que los adjetivos no tienen genero o numero propio,sino que lo toman del sustantivo al que acompañan.
Según (Bakalarka, 2009, pág. 22) “en latín la gradación era de carácter sintético “esto significa que contenía las formas que la morfología había creado, la utilización de varios sufijos. Ya en el español la gradación es analítica con algunas excepciones que son por ejemplo la formación del superlativo absoluto o la gradación de adjetivos grande, pequeño, alto, bajo, bueno malo los cuales mantienen la gradación irregular de origen latino. Según (Llorach, 1999, pág. 103) “Estas formaciones cultas heredaras del latín presentan los restos aislados de lo que el sistema latino se llama gradación, la cual oponía al grado positivo, el comparativo (de superioridad) y el superlativo son significantes diferenciados para cada adjetivo”. 

En la lengua española prevaleció La gradación analítica  llamada también sintáctica o externa. Se trata de una gradación perifrástica cuyos medios formales se derivan de los adverbios latinos minus y magis (Bakalarka, 2009).

Para la formación del superlativo relativo se usan los mismos adverbios con el aditamento del articulo definido (el más alto, el menos inteligente) que tiene la función de individualizar.

En el español la forma sintética más frecuente es el superlativo absoluto que tiene su origen en la lengua latina. Su formación con algunas pocas modificaciones se ha mantenido también el español en el cual coexiste con el superlativo relativo. No obstante los dos superlativos difieren en el significado  y entre los gramáticos no existe unanimidad en cuento a la cuestión si el superlativo es verdaderamente superlativo o si se trata de comparativo. (Llorach, 1999, pág. 203)

El grado superlativo es uno de los tres grados del adjetivo este según (Bakalarka, 2009) “expresa la cualidad en su máxima intensidad” ya sea en relación con el resto de un grupo  que sería grado superlativo relativo, o ya sea en relación con otros objetos que sería grado superlativo absoluto. El grado superlativo y el comparativo tienen doble formación interna y perifrástica.

En latín el grado superlativo solía expresarse por medio de una forma sintética a la que le correspondían dos valores. El superlativo absoluto o elativo y el superlativo relativo.

El superlativo absoluto o elativo expresaba la cualidad poseída absolutamente por el objeto en alto grado. El superlativo relativo expresaba que el objeto poseía la cualidad en grado superior a todos los demás de su grupo.

Ejemplo:

Ulixix vir fortissimus fuit. Puede traducirse fue un varón valentísimo y se puede ver que la forma fortissimus tiene el valor absoluto porque no existen otros miembros participantes en la comparación con los que pueda compararse.

Ulixis vir fortissimus omnis Graecia fuit. Ulisis fue el varón más valiente de toda Grecia. Esta vez la formación fortissimus tiene un valor relativo porque existe un grupo de los portadores de la misma ciudad que, no obstante en su caso no aparece en el grado tan alto como la de Ulises.

Bibliografía 

ALONSO., C. H. (1974). THESAURUS. Tomo XXXIX. Núm. Centro Virtual de Cervantes.

Bolufer, J. A. (s.f.). Estudios Elementales de la Gramatica Histórica del Español.

Nebrija, A. d. (s.f.). Gramatica de la Lengua Castellana.

Salva, V. (1988). Gramatica de la Lengua Castellana.

Sierra, H. A. (s.f.). morfosintaxis historica del español.

Llorach, A. (1999). Gramática de la Lengua Española . Madrid
Bakalarka. (2009). Gradación del adjetivo.

 




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