Este
blog fue diseñado con el objetivo de explicar acerca del adverbio y el adjetivo y su evolucion. Aquí conocerás acerca de la historia y las transformaciones que han ocurrido desde el latín al catellano. Encontrarás los tipos de adverbios y los cambios que han sufrido hasta el español.
Introducción
El
adverbio es una categoría oracional muy heterogénea, con función de término
adyacente del sintagma verbal.
Se
caracteriza porque su presencia o ausencia no modifica esencialmente la
estructura del nexus oracional, aunque algunos adverbios cambien sí el aspecto
psicolingüístico y la modalidad de las oraciones. Los tipos de adverbios son de
lugar, modo, tiempo, afirmación y negación y de comparación. La evolución se
vera desde el latín hasta el castellano que ahora utilizamos.
Conoceremos parte de la evolución del adjetivoy la gradación del adjetivo, comparativo y superlativo.
Conoceremos parte de la evolución del adjetivoy la gradación del adjetivo, comparativo y superlativo.
El adverbio
“El
adverbio es una categoría oracional muy heterogénea, con función de término adyacente
del sintagma verbal” (ALONSO, 1974 Pág. 23). Es decir que es una categoría
perteneciente a la oración, y cuando dice que es muy heterogénea se refiere a
que tiene sus elementos de distintas clases. Las unidades que se incluyen en
ella son tan complejas, que casi se puede afirmar que es adverbio lo que no es
sustantivo, adjetivo ni verbo.
Según (ALONSO, 1974 Pág. 23) “El adverbio carece de marcas
distintivas”, es decir, tiene forma relativamente invariable de unidad mínima
en función de complementar, en principio, como un nexo (nexus). Tal
función no es privativa suya, pero sí es la única unidad mínima que puede
desempeñarla.
“Se
caracteriza porque su presencia o ausencia no modifica esencialmente la
estructura del nexus oracional, aunque algunos adverbios cambien sí el
aspecto psicolingüístico y la modalidad de las oraciones” (ALONSO, 1974). Por ejemplo:
"el accidente fue, suprimiendo el adverbio aquí o así no puede
decirse.
“La
función de aditamento la desempeñan sin marca morfemática alguna, y en
consecuencia sin reacción homosintagmática” (ALONSO, 1974). Es decir que es
categoría de forma mínima, funcionalmente que no depende de otra, carente de
flexión y, por tanto, no sometida a concordancia.
A lo
largo de la historia se ha intentado definir el adverbio dependiendo de sus
funciones y significados según (Nebrija, pág. 16) “es una de las diez partes de la
oración, la cual añadida al verbo hinche o menguado muda la significación de
aquel como diciendo bien lee, mal lee, no lee, bien hinche o mal mengua”. Es
decir que asi como el adjetivo determina una cualidad en el nombre asi el
adverbio determina al verbo. Este elemento aparece junto al verbo y se va a
caracterizar como adjetivo del verbo ya que combina el significado de este.
Según
(Salva, 1988, pág. 10) “se llama adverbio
porque se junta con cualquier palabra (ad verbum)” es decir con cualquier pate
que compone la oración (menos con las conjunciones e interjecciones) para
modificar su significado en virtud del que tiene el mismo adverbio.
Por
ejemplo:
Aquí
vemos al adverbio junto con un verbo, con otro adverbio y con una preposición.
Según
(Nebrija, pág. 19) “de todos los vocablos que
tradicionalmente se incluyen dentro de los adverbios, solo una parte modifica
al verbo, al adjetivo y a otros adverbios, permiten la gradación y son de
origen adjetivo, evolucionando a partir de la neutralización de sus morfemas de
género y número”. Es decir que el adverbio es el único que puede modificar
varias categorías que conforman la oración.
Los
adverbios se clasifican en varios tipos:
de lugar, tiempo, modo, cantidad, comparación, afirmación, negación y duda.
Adverbios de lugar
Según
(Bolufer, pág. 149) “en latín se tenían como
interrogativos: ubi, ¿dónde? O en ¿dónde?; unde, ¿de dónde?; quo, ¿a dónde?;
qua, ¿por dónde? Y quorsum, ¿hacia dónde?”. Como se ve en el latín solo se
utilizaba una palabra para indicar el lugar, ya en el español nos valemos de
las expresiones adverbiales de, a, por y hacia las que, unidas con el adverbio
donde que viene de unde en latín.
“A
estos adverbios interrogativos corresponden los demostrativos: aquí (eccum + hic),
ahí (ad + hic), allí (ad + illic), aca (eccum + hac), alla (ad + illac), acullá
(eccum + illac)” (Bolufer, pág. 150). Quiere decir que los demostrativos dependían
de los interrogativos y más bien son preposiciones empleadas sin un nombre que
determinan: cerca- circa, lejos laxus, fuera foras, junto iunctum, dentro
(de+intro), etc.
Adverbios de tiempo
Son
los adverbios que se refieren al tiempo es decir cuando, hoy ayer, etc.
“al
interrogativo ¿cuándo? En latín quando” (Bolufer, pág. 150) a los que corresponden los adverbios hoy
hodie, ayer ad + heri, mañana talvez de magis + mane, ahora ad + horan, agora
hac + hora, antes ante + s, después de + ex + post, luego loco, y además tarde
tarde, temprano temporaneou, desagora, adesoras, doncas denique, después
depois, despois después. Estos son algunos adverbios que se encuentran en el
latín y que muchos de ellos son utilizados actualmente aunque ya en castellano.
Adverbios de modo
“Al
interrogativo como” (Bolufer, pág. 151), estos adverbios siempre van a
responder al interrogativo cómo en latín es quomo y commo, de quomodo. Están
los siguientes adverbios que pueden ser una repuesta a la interrogativa: bien
bene, mal male, ansí, así aeque + sic;
adrede ad + directe, aposta (de apposita supliendo ratione o mente). Según (Bolufer,
pág. 151)
tenemos algunos adverbios que proceden del acusativo neutro singular del
adjetivo como; “duro, recio, quedo, salvo, alto, etc. Y los en mente –mientre,
ment, mient, formado con el ablativo del sustantivo mens y un adjetivo en
concordancia con él, así mala mente = con mala intención” antiguamente se
escribían separados los dos términos y aun en la actualidad cuando ocurre poner
juntos dos adverbios solo se le agrega mente al último. Estos adverbios han
venido en castellano a sustituir a las verdaderas formas adverbiales que tenía
la lengua latina.
El
español no hereda ninguno de los dos sufijos que tenía el latín para formar
adverbios: ni la terminación -ITER para los adjetivos del tipo FORTIS, ni la
terminación -E, con la que el latín formaba adverbios a partir de adjetivos del
tipo BONUS o MISER. Únicamente quedan restos fosilizados de algunos adverbios
derivados de esta forma, como bien (< BENE) o mal (< MALE), tarde o med.
lueñe (< LONGE).
Adverbios de cantidad
“Estos
adverbios van a responder a la pregunta ¿cuánto? en latín ¿quantum?” (Bolufer,
pág. 151),
estos adverbios son: asaz ad + satis anteriormente aves ad + vix, apenas; casi
quasi, mucho y muy multum, mas magis, y los adjetivos neutros empleados con
este valor: harto, poco, bastante, nada y los correlativos tanto, cuánto.
Perviven
los adverbios cuantitativos más (< MAGIS, preferido sobre
PLUS),
menos (< MINUS), tan (< TAM / TANT(O)), mucho (< MULTO) y poco
(<
PAUCUM). Mucho presentaba delante de un adjetivo las variantes muy (ante
consonante) y much (ante vocal).
Adverbios de comparación
Asi
como en los adjetivos se emplean también los adverbios de cantidad tan, mas, menos y muy para expresar en los
adverbios el grado comparativo y superlativo, asi decimos más pronto, menos
mal, muy acertadamente. Según (Sierra, pág. 130) “El simple empleo del neutro singular del
adjetivo era una forma que ya se empleaba en latín (MULTUM ‘mucho’); el
castellano conserva restos de este procedimiento, por ejemplo en el adverbio
lejos (< LAXIUS, comparativo de LAXUS), o en expresiones como hablar claro,
equivalente a hablar claramente”. Según (Bolufer,
pág. 153)”algunos
adverbios toman también la terminación ísimo como prontísimo, lejísimos de
lejos”. El adverbio también utilizara elementos del adjetivo.
Adverbios de afirmación y negación
En castellano
utilizamos con valor adverbial el adjetivo en singular y en terminación
masculina o mejor neutra, siempre que lo empleamos para modificar la
significación de un verbo; así, ver, claro y también las expresiones llamadas
modos adverbiales como, asabiendas, a hurtillas, a la antigua, de golpe, de
pronto, con frecuencia, etc.
Se
conservan los adverbios de afirmación sí (< adverbio de modo SIC) y Negación
no(n) (< NON). El elemento básico para la negación es no, que en época
medieval presenta la variante non; junto a ella, desde muy temprano tenemos
también la reducida no, que empieza a imponerse en el siglo XV y se hace
general en el XVI (Sierra, pág. 128).
El adjetivo
El
adjetivo es una palabra de origen latino en “adiectīvus“, en donde el prefijo
“ad” significa “aproximación“, “iacere” significa “lanzar”, y el sufijo “tivo”
indica relación, bien positiva como negativa, pasiva como activa. Así, el
término “adjetivo” significa tanto como “lanzar en forma contigua”, “juntar
confiriendo relación”. El adjetivo es una particula muy importante que
complementa al sustantivo no hay adjetivo sin sustantivo aunque si sustantivo
sin adjetivo.
El adjetivo ya que complementa o
describe al nombre ha ido modificándose junto a este por ejemplo la flexion
causal se reinterpretan las terminaciones como marcas de numero, con idéntica
distribución en alomorfos s y es según Azofra. Entonces se puede afirmar que los
adjetivos no tienen genero o numero propio,sino que lo toman del sustantivo al
que acompañan.
Según
(Bakalarka, 2009, pág. 22) “en latín la
gradación era de carácter sintético “esto significa que contenía las formas que
la morfología había creado, la utilización de varios sufijos. Ya en el español
la gradación es analítica con algunas excepciones que son por ejemplo la
formación del superlativo absoluto o la gradación de adjetivos grande, pequeño,
alto, bajo, bueno malo los cuales mantienen la gradación irregular de origen
latino. Según (Llorach, 1999, pág. 103) “Estas formaciones cultas heredaras del
latín presentan los restos aislados de lo que el sistema latino se llama gradación,
la cual oponía al grado positivo, el comparativo (de superioridad) y el
superlativo son significantes diferenciados para cada adjetivo”.
En
la lengua española prevaleció La gradación analítica llamada también sintáctica o externa. Se
trata de una gradación perifrástica cuyos medios formales se derivan de los adverbios
latinos minus y magis (Bakalarka, 2009).
Para
la formación del superlativo relativo se usan los mismos adverbios con el aditamento
del articulo definido (el más alto, el menos inteligente) que tiene la función
de individualizar.
En
el español la forma sintética más frecuente es el superlativo absoluto que
tiene su origen en la lengua latina. Su formación con algunas pocas
modificaciones se ha mantenido también el español en el cual coexiste con el
superlativo relativo. No obstante los dos superlativos difieren en el
significado y entre los gramáticos no
existe unanimidad en cuento a la cuestión si el superlativo es verdaderamente
superlativo o si se trata de comparativo. (Llorach, 1999, pág. 203)
El
grado superlativo es uno de los tres grados del adjetivo este según (Bakalarka, 2009) “expresa la cualidad
en su máxima intensidad” ya sea en relación con el resto de un grupo que sería grado superlativo relativo, o ya
sea en relación con otros objetos que sería grado superlativo absoluto. El
grado superlativo y el comparativo tienen doble formación interna y
perifrástica.
En latín
el grado superlativo solía expresarse por medio de una forma sintética a la que
le correspondían dos valores. El superlativo absoluto o elativo y el superlativo
relativo.
El
superlativo absoluto o elativo expresaba la cualidad poseída absolutamente por
el objeto en alto grado. El superlativo relativo expresaba que el objeto poseía
la cualidad en grado superior a todos los demás de su grupo.
Ejemplo:
Ulixix vir fortissimus fuit. Puede
traducirse fue un varón valentísimo y se puede ver que la forma fortissimus
tiene el valor absoluto porque no existen otros miembros participantes en la
comparación con los que pueda compararse.
Ulixis vir fortissimus omnis Graecia
fuit. Ulisis fue el varón más valiente de toda Grecia. Esta vez
la formación fortissimus tiene un valor relativo porque existe un grupo de los
portadores de la misma ciudad que, no obstante en su caso no aparece en el
grado tan alto como la de Ulises.
Bibliografía
ALONSO., C. H. (1974). THESAURUS. Tomo XXXIX. Núm. Centro Virtual de Cervantes.
Bolufer, J. A.
(s.f.). Estudios Elementales de la Gramatica Histórica del Español.
Nebrija, A. d. (s.f.). Gramatica
de la Lengua Castellana.
Salva, V. (1988). Gramatica
de la Lengua Castellana.
Sierra, H. A. (s.f.). morfosintaxis
historica del español.
Llorach, A. (1999). Gramática de la Lengua Española . Madrid
Bakalarka. (2009). Gradación del adjetivo.
Bakalarka. (2009). Gradación del adjetivo.